Entre todos los bellos lugares que podemos disfrutar del  puerto de Mazatlán, su Centro Histórico, es el sitio más sublime. Habitado por la poesía,  la literatura, la bohemia y la algarabía. Sus calles angostas, casas y edificios son pliegues de historia que se abren al paseante, hablándoles de personajes ilustres  que ahí nacieron como el poeta Baltazar Izaguirre Rojo, cantor de Sinaloa, Ramón Rubín,  literato que mostró la belleza del mundo indígena, Genaro Estrada, escritor, político y diplomático mexicano, autor de la Doctrina Estrada, base de la política exterior mexicana, entre muchos que ahí vivieron   como los generales revolucionarios Juan Carrasco y Ramón F. Iturbe. 

La ciudad de Mazatlán es hoy la segunda en importancia en el estado de Sinaloa, y sin lugar a dudas la más cosmopolita. No es difícil encontrar mazatlecos que hablen inglés y francés con propiedad, y también otros idiomas. Hay alemanes, franceses, ingleses, chinos y japoneses conviviendo con los mazatlecos, y este hecho hace que el puerto viva un ambiente cultural universal, donde se mezclan lo mejor de las tradiciones de cada comunidad en una sola. 

El Centro Histórico, es por excelencia el corazón de la vida cultural de Mazatlán, el sitio ideal para la convivencia en un ambiente festivo donde se combinan alegría, tradición y cultura que reúne a las familias porteñas. Aquí, luce majestuoso el teatro Ángela Peralta,  uno de los más bellos del noroeste del país, inaugurado tres veces, desde 1874, es testigo de la intensa vida cultural y semillero de artistas que junto con el centro municipal de las artes han hecho florecer en el puerto, otorgándole al teatro el encanto que atrae a los turistas por las diversas manifestaciones que muestran su glorioso pasado. 

Mazatlán es el único destino en la costa del pacífico mexicano, con una intensa, clara y vibrante vida cultural que se promueve como atractivo a través de su “Centro Histórico”, y en muchas ocasiones ha sido clave para que viajeros de todo el mundo decidan convertir a esta ciudad en su nuevo hogar o residencia de retiro. 

El encanto del Centro Histórico de Mazatlán, es el resultado que se logra a través de la arquitectura de sus edificios, los detalles de herrería en sus puertas, ventanas y balcones, los colores intensos de sus fachadas, que emulan una pintura tropical del reconocido artista Mazatleco Antonio López Sanz, o las angostas y  tranquilas calles por donde es común y parte del paisaje ver caminar con su bolsa de ixtle en mano al cantautor Don José Ángel Espinoza “Ferrusquilla”.

Sin duda, el Centro Histórico de Mazatlán, declarado recientemente patrimonio de la humanidad, es un lugar mágico de inexplicables sensaciones  que solo se viven con la experiencia de caminar paso a paso sus calles cobijadas por  el cielo azul y la brisa marina que acaricia sigilosamente a sus visitantes, mientras el canto de las aves que los sobrevuelan armonizan su recorrido hasta llegar a la plazuela Machado y a Olas Altas para refrescarse con una cerveza tradicional o una dulce agua de coco.